Sin embargo, las últimas medidas tomadas por el Gobierno español -el impuesto del 7% sobre la generación eléctrica y el Real Decreto-Ley 2/2013 aplicado con efectos retroactivos-, han tenido como consecuencia la pérdida de 25 empleos eólicos al día y el cierre de nueve fábricas, además de una merma de ingresos de 600 millones para el sector sólo en 2013. Estas medidas están poniendo en peligro la confianza de los inversores en que España sea capaz de cumplir los objetivos europeos de consumo de energías renovables de cara a 2020. Asimismo, las asociaciones hicieron hincapié en que esta regulación, que supone la supresión del sistema de mercado más prima para la eólica, va en dirección contraria a las políticas de la Comisión Europea en relación a que los mecanismos de apoyo a las renovables en los países miembros deben responder cada vez más a las señales de mercado para mejorar su eficacia.









